Las personas ya no pueden ver más allá de una persecución. Empeñándose en crear dolor, en lugar de repartir calor. Si la vida no es difícil ya, consumiéndonos cada vez más. Remordimientos, automordimientos, automordiscos. Guardas rencores, guardas maldad. Vives a la defensiva en tu propia guerra relámpago. Cuando el hombre tropieza es el hombre quien cae, no es otro que el hombre, el lobo para el hombre. Los sucesos que desencadenan la confrontación del individuo convergen en una imagen causada por la desesperación, como si de un espejismo del desierto de Norteáfrica se tratase. Si los espejismos se han demostrado, es porque lo que una persona vislumbró no es atribuible para el resto. La única gota de existencialismo de este texto es la que sería capaz de caer de las lágrimas de los ojos que están leyendo estas palabras. Esa gota es existencial: si proviene de ti y tú existes, la gota existe. Estás seguro de que la gota existe. De lo que no puedes alardear en certeza es de que existan las gotas que no ves, porque si no las ves, no existen. "Ojos que no ven, corazón que no siente", dicen. Nadie nunca ha pensado en la alternativa "Ojos que imaginan, corazón que cae". Lo más real de la realidad es que somos incapaces de percibir la realidad, pues la realidad es tan irreal como la objetividad. Lo que ves puede no ser lo cierto, incluso lo que sientes puede no ser lo cierto.
No somos capaces de percibir la realidad absoluta, porque nunca podremos ser un actor de segunda en nuestras propias experiencias: hablaremos en primera persona. Sé que lo que me rodea no es real, porque la realidad es inalcanzable. Es real el hecho de que sobre esta mesa tengo el ordenador con el que estoy escribiendo, las llaves y toda mi colección de discos; pero no es real el significado que toda la habitación tiene. Si cada disco de música representa algo para mí, el conjunto de todos y cada uno de los discos de música en mi habitación supondrá un cambio en la habitación - la realidad - únicamente para mí. Extrapolando el concepto a una escala de discusión con el propio ser, la realidad es únicamente la traducción e interpretación del entorno en cada una de las mentes que forman parte de ella.
Las consecuencias de la percepción. La gente habla de cuán influenciable son los demás, pero la más influyente de las personalidades es uno mismo. El ideal está claro: si estás convencido de que has visto bien algo que has visto mal, seguirás convencido de que así es. Mil voces, truenos y un alarido de Articuno, que seguirás equivocado. Y lo peor de estar equivocado es que quien no lo está intentará sacarte sacarte de esa piscina a grados bajo cero e intentará hacerte el boca a boca, mientras tú harás lo posible para que no te saquen de la piscina - la realidad que tú has construido - pero que no te habías dado cuenta de que estaba helada porque tu temperatura y la del agua se habían puesto de acuerdo - que estabas equivocado pero aún no eras consciente de ello -. Confrontación, pero esta vez no es la de uno mismo, sino la del yo contra ti. Y cuando todos creen que poseen la razón, comenzamos a dañar. Rencores, remordimientos, un pasado. Puta mierda que se intenta olvidar como precio por salvar la vida al lado de una persona que te ha ayudado a hacer tu realidad más irreal. Todo el mundo piensa "no soy yo quien tengo la solución", pero si pretendemos hacer cambiar, la cura de la hipotermia es que tomar la iniciativa sin saber que el otro la ha tomado también.
No es en un punto y final donde los ideales tienen que darse por papel mojado. Algo tan sencillo como un "no importa lo que haya ocurrido siempre que sigas a mi lado" sería el finde la espiral.
