La cuenta atrás me produce ansiedad.

Hoy no quiero que seas lo que siempre imaginé.
No quiero que aparezcas, justo cuando más lo necesito. Hoy quiero sorpresas, de mil primaveras a mi lado ni quiero que me jures que vas a quedarte a mi lado para siempre.
Me basta que estés conmigo hoy, que duermas a mi lado esta noche.
Hoy ni quiero la certeza de que no habrá malos ratos. No me importa tu pasado, ni tus  incertidumbres.
Hoy es tiempo infinito, hoy es tiempo que reinventamos juntos, hoy es hora de caminar a la par.

¿Esto? Esto no es más que unos versos mal escritos salidos para cortejar al dueño de mis alas.

Meciéndome en lo más alto del acantilado, como si  nada importase, como si la caída fueran unos pocos centímetros sobre hierva húmeda recién cortada. Como si fuera a acariciar el rocío con la yema de los dedos.
¿Acaso podría existir mayor ilusión óptica que la que vivo ahora?
Maldita furia que pretende estrellarse contra tu oleaje, y maldita pasión controlada que guardo en mi interior.
Dorados rayos atravesando mi piel, acariciándola, sumergiéndola tal vez en otro mundo, deleitando mis poros con su simple presencia. Ahí decidí que ya no importaba y caí.
Aquel mar me atrapó ¿Como no hacerlo? si el reflejo tenia pura esencia de canto de sirenas. 
Ahora no puedo salir, enredada entre espinas con sabor a mar, retienen mis alas, sucumbiendo al encanto de tu bravo oleaje, del reflejo del sol en mi piel, del placer de sentir como alguna parte de ti mece en mi pecho.
Esto que recorre mi piel no es más que el suplicio de tu ser ante el terrible sufrimiento de temer mi ausencia.

He perdido mi ser entre mares y soles, noción del tiempo, recuerdos imborrables, momentos irrepetibles. Dolor ante tu ausencia, pecho oprimido, necesidad de que luches contra mi para remarcar la grandeza de tu ser que me rodea.
Quizá sea eso lo que ahora empiezo a temer, ausencia de tiempo repleto de cosas que jamás podría haber imaginado en este diminuto paraje de mi mente.
El tiempo ha pasado y aún parece que sigo contigo, que tu olor me arropa por las noches, que tus besos me despiertan.
Y si, es eso. ¿Pero como medir el tiempo con los sentimientos? 
Desde el momento en que llegamos a esta vida, el tiempo nos gobierna, lo medimos, lo señalamos, pero no podemos vencerlo, ni siquiera hacerle ir más aprisa, ni más despacio... o ¿si podemos? ¿No hemos experimentado todos la sensación de que los momentos preciosos pasan demasiado aprisa, y deseado que duraran más, o se ha parado el tiempo en un día gris y hemos deseado que corriera más?


"Seguro que nuestro encuentro no fue casualidad, por eso si pudiese volver al pasado y buscar un camino diferente, esta claro que me volveria a enamorar de ti"

Se me permite un bombardeo, pero no necesito permiso para otro.

7 Días esfumados como una simple calada entre mis labios.
Carmín en el vaso, ceniza en el suelo y labios dolidos ante tu ausencia.
Dulce esencia la tuya que aun me rodea, sin más dilación que los abrazos sin permiso que acababan fundiéndose en un choque de titanes con forma de danza vípeda.
Y puedo asegurar, que no solo fue el hechizo del oleaje que tus dos mares maquinaron contra mí lo que me hizo creer que estaba empezando a sentirme bombardeada, fue, sino, mi propia esencia la que me permitió abrir las compuertas de tu coraza desgarrada.
Y dime si no es así ¿Por que rendiste tributo ante mi señoria?
No fueron más que vocablos titubeantes tal vez, pero pude proclamarme vencedora... ¿O no?
Otorgué callándome, quizá, y tal vez un buen ataque como ese pudo ser tu mejor defensa.
Aunque no me preocupa porque al final, luchando cuerpo contra cuerpo solo recuerdo el dulce aroma de poder abrir aquel castillo que tantos han intentado, y que afortunados consiguen.

Y ahora, en la más amarga de las despedidas, espero ansiosa a volver a atacar como si no hubiera mañana, regodeándome sutilmente ante mi diminuta grandeza para así una vez más, verte sonreir.

"La chica en llamas"

- Su rostro quizá pueda parecerte bello, una visión agradable y fugaz, que aparece en un momento y vuelve a mezclarse entre la masa de rostros y luces.
Pero como todo en ella, es algo superfluo, solo resulta bello cuando no te fijas lo suficiente en ello.
Cada rasgo.. cada movimiento..cada gesto, todo ello crea un conjunto irreal y grotesco. Su repulsiva belleza le da alas, pero a la vez la encadena.
Cual rata asustadiza no deja que se le acerquen y jamás se permite confiar demasiado en nadie.
Aquellos que creen conocerla, han sido engañados, como historia cualquiera que como la sonrisa del Jocker, tiene mil versiones.
No dura mucho en cada sitio, a espera de algo que ni ella misma sabe. Quizás algo que la complete o quizás algo que ponga fin a su agridulce historia.
Máscara veneciana, ella siempre será un reflejo exacto de lo que quieres esperar de ella. Lo que contribuye  su imagen falsamente agradable y bella.
Ella es solo otra página en el diario de los que se la cruzan, pero carece de su propia novela, de historia propia, de final feliz..
Cuando se marcha, es como si nunca hubiera estado, no duele perderla, al igual que al pasar una página te olvidas de sus frases, de su carismático personaje y como mucho al cambiar de hoja puedes llegar a cortarte
¿Qué como se llamaba? No se, no es relevante. Su nombre carece de importancia, al fin y al cabo solo es otro personaje de relleno del que fácilmente podrás olvidarte.