De pequeña quería ser una mujer preciosa, con bonitas faldas y altos tacones nada más cumplir 18. Ahora que no he conseguido nada de eso, soy feliz.

La vida se nos va en un abrir y cerrar de ojos. Hoy estamos aquí, mañana no sabemos que nos sucederá, ya que nada ni nadie tiene el futuro asegurado.

Realmente, ¿valoras tu espacio? ¿Cuántos momentos desperdicias pensando en tonterías, diciendo voy hacer o quiero hacer tal cosa; aferrando al pasado? ¡Sí! Pensando en lugar de actuar y transcurre tu existencia sin hacer nada; ¿cuántas veces has sentido que la vida se te va como arena por las manos?.

El tiempo lo es todo: único, irrepetible, valioso, cura las heridas, borra los rencores, olvida a las personas, te enseña que puedes llegar a ser mejor persona, te llena de nuevas alegrías e ilusiones...

Lo importante de todo esto es saber distribuir tu tiempo en todo lo que hagas y quieres hacer. Y no dejar las cosas para mañana ya que puede ser muy tarde, no vivir en el pasado. En muchas ocasiones he escuchado a distintas personas decir: “cuando yo era joven” “yo era feliz cuando tenía o hacia tal cosa” “quisiera regresar aquel instante”.

¡Basta! Toma lo bueno que aprendiste de ese maravilloso pasado, ya que no puedes hacer nada al respecto; lo único que si puedes hacer es despertar y disfrutar el presente.