Nunca negaré el miedo que tengo, aunque no sé a qué. No sé si es miedo a lo que está por venir, o miedo a tenerme que despedir. Pero para qué negarlo, ya nada será como antes. Todo va a cambiar en cuestión de segundos. Y yo, como peón en este ajedrez, tengo que moverme según las reglas del juego. Me duele la barriga y estoy nerviosa. Quiero que todo salga a la perfección... Aunque tenga que cambiar mi vida para ello. Cada uno tenemos un ritmo para vivir, y muchos se adelantarán o irán por detrás.
Pero... así es como es.
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