Destruction is a form of creation.

jueves, 15 de diciembre de 2011

SINDROME BOVARY: Cuando el romance es una adicción

El personaje de la célebre novela de Flaubert resume una definición de reciente uso. Hombres y mujeres que, al igual que la heroína de la historia, sufren de insatisfacción afectiva crónica, en la búsqueda de un amor ideal que no existe.

Se trata de mujeres que, al igual que la heroína de la historia, sufren de insatisfacción afectiva crónica. Se vuelven adictas al romance, y viven en la búsqueda de un amor ideal que no existe. Navegan de frustración en frustración, embarcadas permanentemente en amores imposibles y relaciones inconvenientes.

“En mi círculo de amigos hay una chica divorciada hace ya bastantes años, pero con una vida amorosa cada vez más catastrófica, estresante y llena de dificultades. Se mete en unas historias sin pies ni cabeza, que la dejan hecha polvo. Cada vez que la veas sabes que va a estar, bien hundida en la miseria más absoluta, bien por las nubes empeñada en amores imposibles, absurdos y peligrosos para su estabilidad emocional”, resume la editorialista mexicana María del Pilar Sicilia.

“Antes las llamaban “mujeres rápidas”, o “ligeras de cascos”, pero ahora es reconfortante ver qué diferentes suenan las cosas cuando se les da un nombre elegante”, ironiza la periodista.

Abandono y sobreatención

En estas mujeres, una niñez de abandono u otras experiencias traumáticas, conducen a una necesidad de sobreatención por parte de los hombres. Hay una ansiedad incontenible por hallar el alma gemela, y cualquier candidato puede transformarse mágicamente en el hombre elegido.

Entonces, “Madame Bovary” cae fácil y rápidamente en una suerte de éxtasis. El sujeto de turno parece reunir características ideales: lo escucha embobada, lo sigue a todas partes, y hasta a veces se mimetiza con sus creencias, costumbres y gustos.

Pero los ideales no existen. Cuando la realidad empieza a mostrar su rostro, ella misma empezará a destruir sus castillos en el aire: la queja y el reproche remplazarán el deslumbramiento desmedido de los inicios, sobrevendrán las peleas, las infidelidades y la ruptura, muchas veces explosiva.

Entonces será el turno del siguiente. El proceso puede ser veloz, y los candidatos cada vez peores, para espanto de amigos, familiares y vecinos.

Los hombres “Bovary”

¿Afecta este “síndrome” también a los hombres? Parece evidente que sí. Es fácil reconocer a hombres que viven enamorándose perdidamente cada seis meses. Cada nuevo amor es vivido con gran intensidad, pero con una inconfundible frivolidad. Son incapaces de reconocer que el “conocimiento instantáneo” de otra persona es una ilusión. Se niegan a ver problemas evidentes. Necesitan la adrenalina de las emociones en forma desenfrenada. Y la vuelta a la realidad suele ser devastadora.

Cómo es el amor con ell@s? L@s “Bovary” son pasionales y realmente creen que están viviendo el gran amor de sus vidas. Las experiencias junto a ellos pueden intensas, pero también traumáticas e hirientes. No sólo es imposible hallar estabilidad de largo plazo, sino que cuando el sueño concluye, no quedará el sabor del amor, esa experiencia única e irrepetible. En cambio, se experimentará la sensación de haber asistido a un ensayo superficial, a un romance fabricado en serie, a un zapping de las relaciones personales tan inmaduro como destructivo.

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