Ahora que tú tienes una vida y yo tengo otra diferente, espero que no vuelvas para estropeármela.

Cuando era pequeña, siempre que me aburría iba con mi padre.
Entre mi madre y mi padre, él era mi preferido.
Siempre acudía a él en vez de a mi madre. Simplemente porque lo quería más.
Cuando no sabía que hacer, me subía a sus piernas, abrazándole y dándole besos.
Lo que más me gustaba hacer era quitarle el reloj. Siempre jugaba con su reloj porque me gustaba. Yo quería un reloj como ese. Me lo ponía en la muñeca, pero me quedaba tan realmente enorme que se me caía. Hasta que mi padre me pedía que se lo devolviese podría pasarme todo el día con su reloj.


Parece mentira que a mis 18 años esto no haya cambiado.
Es mi padre la única persona que recibe mis merecidos y exclusivos cariños.
Es la única persona que no quiero ver llorar nunca.
Y sigue siendo lo que más quiero.
Incluso, a pesar de tener yo ahora un reloj muy parecido al suyo, me siento en sus piernas, le tomo la muñeca y le quito el reloj cuando me aburro.
Bonita manía mía con los relojes...


En fin, que te quiero, papá.
Que tengas feliz día ♥