Perdiendo el tiempo en mi nebulosa temporal, se deslizan mis sueños entre el humo de mis labios, los meses van sucediendo, uno tras otros y mi futuro no me espera.
A veces me parece que este destino soñado se aleja poco a poco de mis manos. Y como en los sueños, donde corro hacia un paraje incierto por mucho que me esfuerce jamás logro alcanzarlo.
A veces pienso que lo mejor sería dejarme llevar como el resto, mecerme en esta búsqueda de la nada, olvidarme de los sueños de mi cuento perfecto y de que alguna vez deseé un futuro distinto a esto.
Me queda el camino fácil del olvido, de los besos sin sentido y de las risas contagiosas de esas que se te pegan a la piel como el sudor de verano.
Voy menguando junto a mi cigarrillo apagándome en su llama, pereciendo en su muerte, deseando también, consumirme en la nada protegida con la gris ceniza de la conformidad.
Intento creer que no existe mayor felicidad que no ser más que otro punto de esta masa borregada, al fin y al cabo nadie me exige esforzarme mas.
¿Puedo hundirme en tus inmensos ojos azules?
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