Dame un minuto para salir corriendo, coger la pistola y esconderme. Así estaremos en las mismas condiciones.

Volvemos a mirarnos con copos de nieve como pupilas. Viento congelador por cada pestañeo.
Mis lágrimas más bien son carámbanos ahora.
Siempre te he odiado, eres el único que me hace sentir diminuta, inservible, invisible, insípida, desgarrada, mutilada, rota.
Cuando la soledad me aprieta con sus brazos hasta sentir que dejo de respirar, me vuelves inútil y solo quiero dejar de ser lo que mi piel lleva escrita para siempre.
No dejo de mirarlo y recordar que si decidí llevarlo por siempre sería porque saldría una y otra y las que hicieran falta, pero tú y solo tú me vendas el alma y me guías a ciegas hacia el precipicio donde una vez más me harás saltar.
Ojalá pudiera dormir y despertarme el día 1, que pasara rápido y ni me rozara.
Odio diciembre con todo mi ser, mi cumpleaños, la navidad y nadie va a venir a cambiármelo.
Quiero saltar y dejarlo todo.